Aquí encontrarás información práctica para mantener en buen estado la salud de tus riñones.
Este mineral cumple un rol muy importante en nuestro cuerpo, forma parte de los huesos, forma compuestos energéticos y contribuye a la contracción muscular.
En etapas 4 y 5 de Enfermedad Renal Crónica se observa una elevación en los niveles sanguíneos de Fósforo, lo que se conoce como Hiperfosfatemia
El Sodio es esencial para la vida, pero en cantidades adecuadas. Una ingesta excesiva de Sodio se asocia a elevaciones de la presión arterial y, dependiendo del nivel de deterioro de la función renal, puede llevar a la acumulación anormal de líquido en nuestro cuerpo.
Entre los productos que más Sodio aportan a nuestra dieta se encuentra los sazonadores de comidas, sopas en polvo, cremas en polvo, aderezos, embutidos, quesos y todos los tipos de pan.
No debes olvidar que el régimen sin sal es un pilar importante en el control de la presión arterial, la insuficiencia cardiaca y la progresión de la enfermedad renal crónica.
Una dieta saludable, consistente en una mayor ingesta de verduras, frutas, legumbres, nueces, granos integrales, pescado y productos lácteos bajos en grasa, y una menor ingesta de carnes rojas y procesadas, Sodio y bebidas endulzadas, se asocia con una menor incidencia de Enfermedad Renal Crónica y menor incidencia de Albuminuria.
El Potasio se encuentra en todas las frutas y verduras que ingerimos, sin embargo, los alimentos se categorizan en rangos “bajos, medios o altos” respecto a su contenido de Potasio. En la medida que se deteriora la función de los riñones, se pierde progresivamente la capacidad de eliminar el exceso de Potasio de nuestro cuerpo.
Alimentarse en forma adecuada es uno de los pilares fundamentales del tratamiento de la Enfermedad Renal Crónica, tan importante como tomarse los medicamentos, controlar la presión arterial y la glicemia o asistir a las sesiones de diálisis.
