Cinco claves para cuidar tus pies si tienes diabetes
Tener diabetes significa prestar especial atención a tus pies. La pérdida de sensibilidad, la mala circulación o una herida que no se siente pueden convertirse en problemas serios si no se detectan a tiempo. Aquí te dejamos cinco claves prácticas para mantener tus pies sanos:
Revisa tus pies todos los días: Mira bien la planta, entre los dedos y los talones. Fíjate si hay heridas, ampollas, zonas enrojecidas, piel seca o grietas. Si no puedes hacerlo tú, pídele ayuda a alguien de confianza o usa un espejo. Lo importante es no dejar pasar ningún cambio.

Lava tus pies con agua tibia y sécalos muy bien: Evita el agua caliente. Usa jabón neutro y sécalos con cuidado con papel absorbente, sobre todo entre los dedos. La humedad puede favorecer hongos e infecciones. No dejes tus pies en remojo por mucho rato.
Usa calzado cómodo y protege siempre tus pies: Elige zapatos cerrados, suaves, sin costuras internas y con buen ajuste. Evita andar descalzo, incluso dentro de la casa. No uses sandalias que puedan rozar o dejar zonas expuestas. Revisa el interior del calzado antes de ponértelo, por si hay piedras o costuras sueltas. No uses los mismos zapatos todos los días.


Hidrata tus pies, pero no entre los dedos: Aplica crema o loción para pies con urea, así mantendrás la piel suave y evitarás grietas. No pongas crema entre los dedos ni en la planta del pie, ya que eso puede aumentar la humedad y favorecer infecciones.
Consulta al médico ante cualquier herida o cambio: No intentes tratar por tu cuenta la queratosis (callos o durezas) o uñas encarnadas. Evita usar tijeras o elementos cortantes. Ante cualquier herida que no cicatrice rápido, busca atención médica, idealmente con un podólogo o profesional que tenga experiencia con pacientes diabéticos.


Recuerda: el cuidado diario de tus pies es parte esencial del control de tu diabetes. Con atención, prevención y buenos hábitos, puedes evitar complicaciones y seguir caminando con tranquilidad.

Esta publicación fue elaborada por Marcela Arriagada, Podóloga Clínica.
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