¿Cómo cuidar los pies de un paciente con diabetes?
Realizar controles podológicos regulares: Al menos cada 1–2 meses en pacientes con diabetes, incluso si no hay molestias. El podólogo puede detectar alteraciones tempranas y prevenir complicaciones.
Evaluar sensibilidad y circulación: A través de pruebas como el monofilamento o doppler, podemos identificar pérdida de sensibilidad o riesgo de úlceras, algo que muchas veces el paciente no percibe.
Corte profesional de uñas: Muchas lesiones se producen por cortes mal hechos o uñas encarnadas. El podólogo sabe cómo evitar heridas o infecciones.
Prevención personalizada: Cada pie diabético es distinto. Evaluamos forma del pie, tipo de calzado, presión plantar y zonas de riesgo para recomendar plantillas, zapatos ortopédicos u otras medidas según cada caso.
Educación: Enseñamos al paciente y su familia a detectar señales de alarma, cómo cuidar la piel, qué productos usar, y qué hábitos evitar.


El cuidado podológico es fundamental para prevenir complicaciones en personas con diabetes. Un podólogo clínico no solo realiza cortes de uñas o trata durezas, sino que evalúa la salud del pie de forma integral, detectando riesgos antes de que aparezcan problemas mayores.
Controles periódicos, evaluaciones de sensibilidad y educación sobre el cuidado diario permiten mantener los pies sanos y evitar heridas, infecciones o incluso amputaciones.
Incluir al podólogo clínico en el manejo de la diabetes mejora la calidad de vida y reduce hospitalizaciones. Si tienes diabetes, consulta a tiempo y cuida tus pies con apoyo profesional.
Esta publicación fue elaborada por Marcela Arriagada, Podóloga Clínica.
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